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LA MEMORIA ES CRUEL
90 x 70 cm “En esta obra plasmo un instante único e irrepetible, de reflexión de la vida del ser humano, un momento en donde uno medita y se pregunta ‘¿qué hago de mí?’, la imagen trata de ser una respuesta a esta cuestión, pero también hay que poner atención en los espacios vacíos que nunca podrán ser llenados. El espacio en el que uno está más vulnerable, hace que todo tenga sentido mediante la desnudez. El lugar común fuera de lugar; la espera de que algo suceda, la vida, la muerte, un simple chorro de agua; un instante que parece nunca acabar, lo eterno de un segundo en la palma de las manos o en el suelo, todo es aterrador en ese lapso. La coladera al norte, lugar donde todo converge y se diluyen los remordimientos. ¿Qué es la vida? Un cuerpo joven que muestra el deterioro de nuestra época, unos senos que no están dispuestos a mamantar más que a los sueños propios. La falta de vello púbico muestra un deseo sexual incontrolable, pero insatisfactorio. ¿Dónde está parado? Los azulejos como piezas de un rompecabezas que es la existencia humana, que se une y se percute con los recuerdos de la memoria, la cual puede ser cruel. Siempre recordamos las peores cosas en los momentos menos indicados. Se ha abierto la regadera y se espera que corra el agua, pero no ha caído. ¿Soy yo la que está aquí? Al parecer, me hago más preguntas que respuestas y fijo mi mirada en una parte del cuadro. ¿Cuál? La que sea, no importa, por un momento puedo ser otra y la misma.” |